Mi querido amigo:
Después de varios días sin salir de casa hoy he ido a caminar, aquí se puede. Veo que la gente está, en general, un poco más relajada, no sé si será bueno o no, pero caminando, caminando he llegado a la Ópera, es un buen momento para verla, no hay turistas y eso se nota, a penas algún corredor, los vigilantes y yo. Las escaleras desiertas y hoy el cielo lucía precioso, con nubes pero muy bonito. Poder sacar una foto del puente sin molestar a nadie no pasa nunca. Se escucha un mágico silencio, sólo roto por algún graznido de gaviota y el sonido lejano de un ferry. Los bares de la parte baja están cerrados, y eso se traduce en menos ruido. Me gusta pasear por Sydney cuando a penas hay gente. Una vez que pasas la Ópera entras en el jardín botánico, normalmente es menos silencioso pues se escuchan las obras de la ciudad, los coches y los ferrys, pero hoy no, hoy el sonido de las olas me acompañó casi todo el camino. El otoño aquí parece primavera, las flores bordeando los caminos, los árboles conservando su color, las mágicas fuentes y los estanques, uno con peces que saltan a la caída del sol y el otro con nenúfares que ahora no están en su mejor momento. Libélulas y mariposas, cacatúas y otros pájaros que alegran el paseo. He ido rápido, recordando los momentos plácidos en los que me tumbaba al sol viendo jugar a las golondrinas a mi alrededor.
Recibe mi abrazo. #quedateencasa.