Mi querido amigo:
Paseo por la ciudad y me sorprende con cosas distintas cada vez. Miro a lo alto y descubro un mágico mundo de brillos y luces jugando en los cristales de los edificios más altos. A veces el sol se esconde tras ellos pero siguen reflejando paisajes que de otra forma no vería. Es como entrar en un museo. Disfruto buscando esos guiños de luz y atrapándolos con mi cámara. El mundo dado la vuelta, colocación diferente de los paisajes y sonrío como si fuera de nuevo una niña a la que se le muestran las cosas bonitas por primera vez.
Si la hora del día en la que paseo cambia, el paisaje que veo cambia también. Y entro a formar parte de un mundo mágico de luces y sombras que me permite escapar de la realidad durante unos minutos.
Recibe mi abrazo. Cuídate.