Mi querido amigo:
A veces parece que esto no se va a acabar nunca, pero no podemos perder la esperanza. Ten paciencia y piensa que lo bueno también llegará, que un día más en casa supone que falta un día menos para poder ver a las personas que más quieres. Llevo un año sin ver a mi madre, sin abrazarla, sin besarla y lo que más fuerza me da es pensar que pronto podré estar con ella, con mi familia y con mis amigos, tengo ganas de ese abrazo que nos damos cada vez que nos reencontramos. Por eso es tan importante ser fuertes ahora, intentar no cometer errores. Resistir como campeones y recibir pronto esa recompensa en forma de abrazo. De momento recibe el mío y por favor, cuídate.