Mi querido amigo:
Siempre viví cerca del mar, en invierno se hace agradable pasear por la playa cuando a penas hay gente y puedes disfrutar de tu soledad, del silencio y de los sonidos que te ofrece la naturaleza, el viento, las olas rompiendo en la orilla, el ruido de tus pasos al caminar sobre la arena. Respirar profundo y sentir su olor, su latido, hay algo en él que siempre me enreda, atrapa mi alma y juega con ella, la acaricia, se la lleva, sana sus heridas y me la trae de vuelta. El mar me cura por dentro.
Recibe mi abrazo. Cuídate.