120.Amigo fiel.

Mi querido amigo:

Cuando voy a un parque natural procuro sentir lo que la naturaleza trata de transmitirme, respiro profundo y escucho el sonido que emiten los pájaros intentando adivinar qué pájaro es el que pía, no reconozco muchos, pero sí alguno y me encanta. De vez en cuando les silbo, en algunos lugares consigo el silencio absoluto, pero en otros curiosamente me responden, dejando silencios como si lleváramos a cabo una conversación y disfruto como si fuera de nuevo una niña.
Cuando era niña, en casa de mis padres siempre había algún pájaro, a mi padre le gustaban, jilgueros o periquitos a los que daba gusto escuchar, abríamos la jaula y la limpiábamos mientras ellos volaban unos minutos por la habitación, también uno o varios perros, que cuando estaba triste o lloraba por algo siempre se acercaban a consolarme, intentaban meterse bajo mi brazo empujando con su hocico, buscando el calor de mi caricia, moviendo el rabo y llorando, a veces, también conmigo. Nunca he olvidado el nombre de ninguno, o quizás sí, pero a los que más me quisieron, a esos, siempre los llevaré conmigo.
Recibe mi abrazo. Cuídate.

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