Mi querido amigo:

Hay momentos en los que las llamadas redes sociales dan la imagen de ser de lo más antisocial que uno pueda encontrarse en el mundo. Pequeñas batallas hirientes que van creciendo como bola de nieve para hacerse más y más grandes y explotar, como en los dibujos animados, en la cara o en la casa de alguien, que a veces ni se lo buscó.
La vida es bastante complicada cómo para que nos la compliquemos en un lugar que debería ser un remanso de paz. ¿Por qué nos cuesta tanto entendernos, hablar, pedir disculpas o simplemente olvidar lo que está pasando? ¿Por qué nos gusta tanto tener razón cuando a veces tenerla nos hace perder la compañía de una buena persona? ¿Por qué es tan fácil sembrar odio y tan difícil regalar amor? ¿Por qué hay personas siempre más interesadas en echar leña al fuego en lugar de apagarlo? Qué complicadas y feas deben de ser algunas vidas, es lo único que se me ocurre pensar. Hay muchas formas en las que uno puede pasar su tiempo sin aburrirse, y una de ellas es ayudando a los demás. Amigo, no está la vida cómo para desperdiciarla en tonterías.
Recibe mi abrazo. Cuídate.