23.Regresamos en silencio intentando olvidar.

Regresamos en silencio, intentando olvidar, pero era imposible. Lucy estaba muy afectada, no me conocía de nada, no sabía nada de lo que me había ocurrido en España y no entendía por qué Thomas sentía ese apego hacia mi. ¿Cómo podía resumir mi historia en pocas palabras? ¿Cómo podía explicar lo inexplicable?

-Lucy, yo… No sé cómo contártelo, lo intento, ¿vale?: Vivía con Alfonso,  llevábamos juntos un par de años cuando se fue a Japón con su empresa y nuestra relación se quedó en «stan by» yo seguía enamorada de él y él jugando conmigo. Teníamos una amiga, Martina, casi nos habíamos conocido los tres a la vez, nos llevábamos muy bien. Yo intentaba ponerme en contacto con Alfonso pero se fue alejando, me dijo que los espiaban, temían por su seguridad, no sé, yo pensaba que me estaba engañando con otra, a penas se ponía en contacto conmigo. El caso es que ya no nos unía nada, y me enamoré de Sergio, al que conocí en una playa, paseando, lo amenacé con llamar a la policía y lo vi tan nervioso que pensé si sería peligroso, pero con el tiempo entendí. Él era policía. Ya me desvié, es que es tan larga la historia, y tan cruel…

-Si no te apetece no sigas contándome. Estoy con Thomas y lo que él haga bien hecho está, me fío de él, y si él se fía de ti, no tengo más que decir.

-Quiero que me entiendas Lucy, que sepáis mi historia por mi.

-Como prefieras.

-Estáis metidos en esto por mi culpa. Un día al regresar a mi casa descubrí que habían entrado en ella, la policía no le dio importancia, y yo no sabía qué pensar, aparentemente no faltaba nada. En verano Alfonso me avisó de que regresaba a España, a mi casa, creí volverme loca, llevábamos casi un año sin vivir juntos e iba a  vivir conmigo sin consultármelo. Lo esperaba con la intención de explicarle que no podía quedarse, que no éramos nada, que yo no sentía nada por él. Mientras se lo contaba a Martina, me hizo ver que sus cosas seguían en mi casa, era cierto, alguien había vuelto a meter todas sus pertenencias en mis espacios, aprovechando posiblemente, unos días que pasé en casa de mi madre, la eché de mi casa y entré en barrena, tuve que pasar un tiempo en el hospital con un cuadro de estrés y ansiedad que nadie entendía. El día que mi madre me vino a buscar para llevarme a casa, vi de nuevo a Sergio, habló conmigo, fue el día que se sinceró. Nos conocimos de casualidad, pero era policía judicial, estaba investigando a Alfonso y a Martina , por fraude, por espionaje y por más cosas que no recuerdo, lo que quería decir que nunca había tenido ni amiga ni novio, todo había sido un montaje y aún no sabía el por qué. Había perdido más de dos años de mi vida conviviendo con una persona que no sentía nada por mi y fiándome de una amiga para la que no significaba nada. Fue duro, muy duro. Recibí todo el apoyo de mi jefe. Cada vez estaba más enamorada de Sergio. La policía tenía alquilado un piso frente a mi casa para tener vigilados en todo momento a Alfonso y a Martina. Cuando me enteré me enfadé con Sergio por no habérmelo contado. Gracias a su vigilancia sigo viva, el día de la cena de Navidad de la empresa entraron en mi casa y me golpearon, mi amiga y el que fuera durante tanto tiempo mi novio me dejaron inconsciente, les interesaba mi ordenador, mis claves para poder entrar en mi empresa y robarnos un proyecto, los datos sobre un material que investigábamos para sustituir al tantalio, que está presente en todos los dispositivos electrónicos.

Emily me abrazó y agradecí como nunca su calor, necesitaba sentirme querida.

-Cuando salí del hospital Sergio me llevó a vivir a su casa, tenía miedo por mi y yo necesitaba sentirme arropada. Mi madre llamó a Emily, nos pusimos en contacto, me invitó a venir, mi jefe me dio la oportunidad de representar a la empresa , en el avión conocí a Thomas, nos hemos ido encontrando con él desde entonces, yo no tenía ni idea de que él conocía mi historia, y aquí estoy, metiéndoos a todos en un follón del que espero poder salir sin que tengáis que lamentar el haberme conocido.

-Thomas, ¡para el coche!

Thomas obedeció, bajamos todos del coche por orden de Lucy, si tengo que decir la verdad, me sentía un poco intimidada, no tenía ni idea de lo que iba a pasar a continuación. Lucy me abrazó, Emily se abrazó a las dos y por último Thomas se unió a nosotras.

Hicimos tan pocas paradas que Thomas dijo que nos iba a llevar al Lago Azul. Aparcó y al bajarnos del coche disfrutamos de un lago en el interior de un volcán, al ser abril el color no era azul intenso, como en el verano, pero valió la pena visitarlo. De mi paso por Australia me llevaría una cantidad enorme de bellos paisajes que habían removido mi corazón y mi alma y  amigos, amigos del alma.

 

 

2 comentarios sobre “23.Regresamos en silencio intentando olvidar.

  1. Qué bien sienta a veces un abrazo colectivo, ese en el que nos unimos más allá del contacto físico. Un cariñoso beso amiga del alma! Te sigo leyendo!

    1. Muchísimas gracias, Lola. Ese tipo de abrazos son los mejores, envuelven los cuerpos y las almas. Un amigo me dijo, no hace mucho, que en uno de esos abrazos querría él morir. Un besazo!!!

Responder a Talara Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.