Recuerdos

En la última década la selección española, con Casillas al frente, me había acercado de nuevo a mi niñez, haciéndome recordar. 

Curiosa la mente que nos hacía sentir nostalgia de situaciones que en su momento no habían resultado especialmente agradables.

Era pequeña, tenía esa edad en la que en otros lugares del mundo las niñas eran obligadas a casarse con hombres a los que nunca habían visto y a los que nunca llegarían a amar. Y yo había sido obligada, debido a problemas en el trabajo de mi padre que podrían afectarnos a mis hermanos o a mí y que no alcanzaba a comprender, a vivir en casa de mis abuelos por los que realmente no sentía nada. Me arrancaban de mi familia pensando, quizás, que me protegían, pero realmente sentía que me abandonaban. 

Corría el año en que las televisiones en color comenzaban a aparecer en alguna que otra casa, y la de mis abuelos no sería una excepción; otra cosa no, pero dinero no les faltaba.

La hermana de mi madre, su marido y sus hijos aparecían siempre que les interesaba ver alguno de los programas que se retransmitían en color: El hombre y la tierra  o el fútbol eran prácticamente obligados. Sentía, por Félix Rodríguez de la Fuente, un cariño especial, alguien que contagiaba tanto amor hacia los animales no podía dejarme indiferente. El fútbol era otro cantar, lo aborrecía, me mareaba ver en la pantalla ese verde tan chillón, y también, por qué no decirlo, me aburría soberanamente; ver a unos hombrecitos en camiseta y pantalón corto peleándose por darle una patada a un balón no me infundía la más mínima emoción, no así a mi abuelo, al que en más de una ocasión, debido al enfado con su equipo, había visto con la dentadura fuera de la boca, escapándosele entre los labios.

A pesar de todo no podía negar mi empatía  hacia algunos equipos como el de Brasil cada cuatro años que mantenían mi mirada fija en su juego que se asemejaba, la mayoría de las veces, a un baile en un gran salón, esquivando pisotones o empujones guiando a la pareja por la pista. 

Lo único que me gustaba realmente del fútbol era que me hacía sentir partícipe de una sociedad orgullosa, aunque solo fuera por un momento, de pertenecer a un mismo país, y que, para bien o para mal,  me hacía asomar a una parte importante de mi vida sin la que mi historia no sería la misma.

 

2 comentarios sobre “Recuerdos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.