Mi querido amigo:

Hace un par de meses vimos una película de esas en las que los malos destruyen una ciudad, rompen un puente importantísimo y tiran rascacielos como si fueran castillos de naipes y sin a penas despeinarse. Acostumbrada a ver que donde ocurre siempre todo eso es en Nueva York, y alrededores, como nunca he estado aunque espero poder verlo en algún momento de mi vida, pues nunca me afectó especialmente, lo veía más como un decorado, no me gustan ese tipo de películas pero a mis hijos sí, por lo que no me ha quedado más remedio que acostumbrarme a verlas. Pues bien, esta vez la ciudad atacada, la que volaba por los aires en una pelea entre Transformers, era Sydney, ciudad que conozco bien. Noté como un peso en el estómago y un nudo enorme en la garganta, no me estaba gustando nada el ver desaparecer ante mis ojos una impresionante ciudad, se estaban peleando en medio de esos edificios que tanto me gusta fotografiar y se los estaban cargando uno a uno. Ay, Dios que se cargan el puente, ay el Four Seasons, por los pelos el restaurante giratorio, por favor que acabe ya la pelea, que se vayan a otro sitio.
Aunque he de confesar que me encanta reconocer las ciudades que salen en algunas películas, lugares que fueron importantes para mí, que me hacen recordar, no me gusta ver cómo los destruyen.
Recibe mi abrazo. Cuídate.