122. No me hagas mucho caso hoy, estoy un poco triste.

Mi querido amigo:

Nos tocó lidiar con una época difícil. Hemos sido totalmente libres en la vida en cuanto a todo, libres para viajar, para amar, para bailar, para jugar, y de pronto nos hemos encontrado enclaustrados en la cárcel que nos ha tocado, hemos caído como piezas de dominó, por países como en el Risk, primero unos, después los otros, aunque no era un ejército con armas el que nos invadía, sí era un ejército de personas avanzando por el mundo con el peligro en su interior. Al principio tuvimos miedo, en algunos casos, pánico, poco a poco, pero en un largo período de tiempo, nos han ido dejando libres, casi libres, o no, embozados, sin cara, sin voz, a penas ojos que evitan la mirada, huyendo unos de otros, prohibiendo abrazos y besos, robándonos lo que nos quedaba de humanidad, creyendo lo que algunos títeres nos cuentan, creando muros que no existían y que siguen sin ser reales, no se pueden tocar pero coartan el movimiento, separando familias, hundiendo empresas, dejando a la gente viviendo en las calles, a trabajadores de servicios básicos desprotegidos, y amontonados los muertos sin contar o mal contados en otro tipo de cunetas. Y ya nadie llora, o casi nadie.
No me hagas mucho caso hoy, estoy un poco triste.
Recibe mi abrazo y sobre todo, cuídate.

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