Mi querido amigo:
Perdóname si no he sabido siempre aliviar tu dolor, si viniendo a buscar calma no la encontraste, pero a veces Talara también carga con su peso y vuelve a ser lluvia en el alma.
No quiero dejarte ir triste el fin de semana, me gustaría que sonrieras por mí, por ti, por el mundo que sigue siendo hermoso pese a todo, porque nadie mejor que yo sabe que la lluvia es amiga, que arrastra lo malo y trae con ella la vida.
Ríe, canta, baila, sueña, pero sobre todo ama, ama todo lo que te rodea. Volverán los abrazos, lo sé, y volveremos a reunirnos los que aún no pudimos hacerlo.
Recuerda, aquí sigo, aunque esté lejos, caminando contigo.
Recibe mi abrazo. Cuídate.