Mi querido amigo:
Hay que mirar hacia adelante, caminar y caminar aunque no podamos más. He intentado ser el brazo que te impulsa en el camino, la mano que te ayuda a cruzar, el hombro en el que se te permite llorar, la espalda que te ayuda a cargar con tus problemas, la columna en la que apoyarte. Creo que gracias a estas cartas se nos hicieron los días más ligeros, llevamos mejor las esperas y las frustraciones.
Por eso te doy las gracias hoy, por hacer que mis días sean más llevaderos, por conseguir que esté distraída más tiempo, por hacerme un huequito en tu vida y por todo ese cariño que me das y que yo aprecio.
Recibe mi abrazo. Cuídate.