Mi querido amigo:
Lo que te había escrito hoy, lo he perdido, quizás porque era un poco triste.
La vida nos va dando oportunidades que deberíamos saber aprovechar, así que me voy a olvidar de lo que escribí e intentaré hacerlo mejor.
Por cuestiones que no vienen al caso llevo casi un mes sin ir a pasear cerca del mar, y lo noto, siento una necesidad enorme de acercarme y respirar su olor, tan especial. Muchas veces me pongo alguna grabación, cierro los ojos y me dejo mecer por su melodía, es algo que aconsejo siempre, sobre todo cuando uno está agotado, o triste, o con demasiada tensión en su vida. Te lo he recomendado alguna vez, y no sé si me has hecho caso, pero realmente funciona. ¡Pruébalo! Te relajará, te hará sentir cerca, quizás, de esa persona que echas tanto de menos, o que ya no está. También es bueno tomarse un café, coger la taza entre las dos manos y recordar a un amigo mientras lo tomas, y poder ser, quizás, por unos momentos, la brisa que lo acaricia.
Recibe, como siempre, mi abrazo. Cuídate.