194. Noche Mágica de Reyes.

Mi querido amigo:

Día 5 de enero, víspera de Reyes, la noche más Mágica del año para los niños y a veces para los no tan niños.
Este año será diferente porque las cabalgatas no serán iguales, no podrán acercarse los niños a saludar a los Reyes ni les darán caramelos, pero la ilusión, estoy segura, será la misma. La chispa y el brillo en la mirada de esos niños no cambiará, porque la ilusión no se pierde.
Cuando era pequeña íbamos a visitar a mis abuelos a su ciudad y veíamos, casi siempre, allí la cabalgata. Son recuerdos tan grabados en la memoria que parece como si el tiempo no hubiese transcurrido. Me quedaba anonadada mirando a esos tres Magos con sus brillantes y largas capas, con corona o turbante, paseándose sobre unos imponentes caballos por la ciudad, que venían de países lejanos a regalarnos juguetes y no salía de mi asombro, ellos a mí no me conocían pero yo a ellos sí, y tenía que portarme muy requetebién sí quería tener la suerte de pertenecer a ese grupo de niños a los que no les tocaba carbón, esa piedra negra tan fea que manchaba tanto.
A partir de ese momento el miedo se abría paso a través de mis pensamientos, si queríamos tener algún regalo deberíamos acostarnos pronto, no hacer ni gota de ruido, y lo más difícil: quedarnos dormidos, algo que, con tanta inquietud resultaba realmente complicado. Daba vueltas en mi cama, escuchaba ruidos por todas partes, temblaba de miedo con sólo la idea de abrir los ojos y encontrarme con cualquiera de ellos. Al final mi madre enviaba a mi hermana mayor a dormir conmigo, así que nos liábamos a hablar mientras intentábamos escuchar algún ruido en la habitación de al lado que los delatase. Y de pronto, caíamos dormidas de puro agotamiento.
Recibe mi abrazo. Cuídate.

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