Mi querido amigo:

Cada vez que paso por delante del Ayuntamiento me encuentro con grupos de personas intentando transmitir algo. Algunos lo hacen a gritos tipo las películas americanas en las que desde encima de unas cajas alguien decía: “arrepentíos, el fin del mundo está llegando”
A nada que te pares a escuchar te das cuenta de que unos intentan atraparte apelando al miedo al fuego eterno, otros a la amistad con Dios y a que Dios te ama, ahora se les ha unido un grupo de musulmanes que no hacen ruido, sólo te dan un folleto explicativo.
De otro lado están los que quieren eliminar a los comunistas de China, apelando a su mala praxis, sobre todo criticando las granjas de seres humanos que más tarde son utilizados para los transplantes ilegales de órganos.
Y otro grupo habitual es el que quiere la libertad del australiano Assange y no su extradición a los Estados Unidos.
Alguna vez también me he cruzado con un grupo animalista que en silencio, con los ojos vendados, formando un círculo, exponen pantallas en las que aparece reflejada la vida de algunos animales. No las suelo mirar, porque aunque me importe el maltrato animal, no soporto verlo, pero he de reconocer que gracias a ellos siempre miro el número de gallinas por hectárea a la hora de comprar huevos, al tiempo que he reducido también mi ingesta de carne.
Recibe mi abrazo. Cuídate.