2.Con el teléfono en la mano esperando respuesta

Con el teléfono en la mano esperando respuesta me quedé dormida.

Sergio se preocupó pero era normal según el médico. Los nervios, a veces, podían jugar malas pasadas. Mi madre seguía sin responder. No era eso lo que me preocupaba, realmente no sabía a qué le tenía tanto miedo. Era mi madre y antes o después tendría que hablar con ella.

Cada día me encontraba mejor, y aunque era consciente de que en mi cabeza había muchas lagunas, sabía que en unos días me mandarían a casa. Pronto también tendría que regresar a España pero para eso si que no tenía fuerzas, aún no estaba preparada.

Sergio y Emily no se separaban de mi lado. Me sentía segura con los dos, me daban la seguridad  que tanto necesitaba. Los sentía como mis ángeles, como esas personas que te dan luz y paz sólo con su presencia. Sergio, como bien decía su nombre, había sido mi guardián desde el momento en el que nos habíamos conocido. Recordé, de pronto, ese momento y en mi estómago comenzaron a revolotear las mariposas, esa sensación siempre me había sorprendido por real, sentía el cosquilleo, la libertad, la confianza, sentía el amor, ¡qué difícil sentir el amor! pero yo lo sentía. La mirada tranquila y profunda de Sergio me había enamorado desde un principio. ¡Cómo podían reconocerse las almas! En medio de un universo tan lleno de gente, en medio de un batir de alas de mariposa, dos almas se reconocen y permanecen unidas hasta la eternidad, esa era mi sensación con Sergio. Me enamoraba su voz, sus ojos, sus manos, me enamoraba su calma. Me enamoraban sus ganas de vivir, de luchar por estar conmigo, por permanecer en mi. De una manera o de otra, Sergio me salvaba, una vez más, la vida.

Estaba deseando salir del hospital para volver a casa con los dos, los necesitaba.

A veces me asaltaban un montón de dudas y preguntas. Si había entendido bien, mi jefe estaba en la cárcel por lo que deducía  que me había quedado sin trabajo. Mi suerte era que el viaje de vuelta lo tenía pagado ya, pero la incertidumbre, una vez más me ahogaba.

-Hola. Llevamos llamándote un buen rato. No, no, no ha pasado nada. Tranquila. El médico cree que ya es momento de que habléis. Si. Un abrazo. Te la paso.

Sergio me pasaba el teléfono y yo los miraba a ambos sin moverme.

-¡Vamos! ¡Cógelo! Talara, por favor. ¡Vamos!

-¿Mamá? Hola

Hubo un largo silencio del otro lado, o eso me pareció, hasta que por fin escuché la voz de mi madre.

-Cariño. ¿Estás bien? ¿Cómo te están tratando?

La escuchaba suspirar y titubear. Saqué fuerzas para contestar.

-Bien, mamá. Me tratan bien.

-¡Mi niña!

Comenzó a llorar.

-Tranquila, mamá. No pasa nada. Estoy bien. Mamá de verdad. Por favor, tranquilízate, no entiendo lo que me dices. Mamá…, por favor… Tranquila.

Estaba empezando a ponerme cada vez más nerviosa, no sabía cómo actuar ni qué decir. Mi madre estaba demasiado lejos. Sergio cogió el teléfono.

-Tranquila, lo intentaremos más tarde.

Colgó y yo dejé por fin de llorar.

Era consciente de que esta era una de esas veces en las que mi madre no sabía cómo acercarse a  mi. Cuando pensaba o sabía que se había equivocado en su manera de actuar, se deshacía en disculpas, no se daba cuenta de que era mi madre y se lo perdonaría todo. Era muy exigente conmigo y con ella misma, siempre lo había sido. Recordaba a mi padre diciéndole cuando se había enfadado conmigo y pensaba que yo no podía escucharlos: «Déjala, ella hace lo que puede, no le exijas tanto, la perfección no existe.» Esas palabras de mi padre me habían tranquilizado muchas veces, no sólo de pequeña, sino a lo largo de mi vida, cada vez que alguien, o yo misma nos equivocábamos. Ser perfeccionista, obligarte a hacer las cosas lo mejor que puedes es bueno, pero siempre dándose un margen. Todos teníamos nuestras limitaciones, y yo sentía que era la que más.

 

2 comentarios sobre “2.Con el teléfono en la mano esperando respuesta

  1. Maravilloso capítulo Talara !!!! Y me identifico muchísimo con el…Dios mío sigue escribiendo eres fantástica , espero con ilusión el próximo capítulo, un beso enorme y bonito día 😘😘😘🖤❤

    1. ¡Gracias Xelo!Siempre estás ahí y te lo agradezco muchísimo. Gracias por compartir conmigo esos minutos de lectura y por tus comentarios. ¡¡¡Besiños!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.