16. Poco a poco iba recuperando mi vida.

Poco a poco iba recuperando mi vida, mis recuerdos. ¡Qué importante era recordar! Gran parte de lo que era y de lo que sentía era gracias a lo que había vivido. No sabía muy bien cómo, pero todo eso seguía en mi, incluso aunque no lo recordara, era como si el cuerpo, o como si el alma, de alguna manera tuvieran sensaciones de lo ya vivido. Sentía, en cada fotografía, en cada dibujo, en cada pequeño detalle, que mi vida iba fluyendo y de nuevo perteneciéndome.

Por el trabajo de mi padre habíamos tenido que ir y venir entre ciudades y nuevos destinos. La casa familiar permanecía, pero con tanto cambio era difícil conservar a los amigos. Al ver las fotos comprendía que la vida iba pasando y a nuestro paso íbamos dejando pequeñas huellas en las personas que nos habían ido acompañando, y nunca sabríamos hasta qué punto habríamos marcado sus vidas y sus sueños. Pero lo que yo sí sabía era qué personas habían sido importantes para mi, qué amigos seguían a mi lado caminando, aún en la lejanía, aún sin vernos, a penas unos mensajes por whatsapp, alguna llamada de teléfono, pero lo que se movía por dentro al recordar a una persona, al pensar en ella, eso era lo que marcaba la diferencia. Reconocía, al ir recordando, la suerte que había tenido en algunos momentos de mi vida, pues en mi camino me había cruzado con personas maravillosas, que me habían querido y me seguían queriendo, a pesar de los años, a pesar de las distancias, a pesar de la vida. Quizás las almas se pertenecían, quizás las almas permanecían entrelazadas, quizás las almas…

Era difícil recordar, o más bien era duro. Los sentimientos a flor de piel mostraban a veces la crueldad de los recuerdos, unas veces por el dolor recibido y otras por el dolor infligido sin ser conscientes del daño. A medida que en mi mente se abría paso lo vivido, mi alma se encogía por no verme ahora como me reconocía antaño. Había amado demasiado, había sentido inmensamente, había sufrido mucho, pero todo había tenido su recompensa, los amigos de verdad también habían sufrido, sentido y amado con nosotros y viajaban con nosotros, porque los llevábamos en el recuerdo, en el pensamiento, en el alma.

La niñez, la adolescencia, ese pequeño espacio de tiempo que ocupaba una eternidad en el recuerdo, esa época en la que todo sucedía por primera vez y todo se sentía tan profundamente que permanecía en la memoria aún siendo tan lejana en la distancia. ¿Por qué se perdía con los años la inocencia? ¿Por qué se perdía esa manera de querer sin medida, de creer sin límites, de amar la vida? ¿Por qué se perdía?

A medida que iba recuperando los recuerdos, el vacío interior que sentía se hacía cada vez más y más grande, más intenso, más oscuro. ¿Todo eso lo había vivido yo, lo había sentido yo?

Recibí un mensaje de Sergio en el móvil que me hizo regresar al presente. Me enviaba un enlace al tema de Julio Iglesias con Pablo Alborán: «Amanecí en tus brazos»

-«Espero lo disfrutes, mañana nos vemos amor»

 

2 comentarios sobre “16. Poco a poco iba recuperando mi vida.

  1. ALEX RUIZ Emocionante y muy bonito capítulo . Impresionante como hablas de amigos inocencia perdida y no perdida a la vez. Mi niñez la pase en hospitales los libros mis amigos. Talara te cuento si me permites como una de mis 3 amig@s. Sigue escribiendo como sabes estas muy bien acompañada en tu camino. GRACIAS y BESOS 😘🌹💐

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