Mi querido amigo:
Hoy es sábado de Gloria, recuerdo lo que me gustaba celebrar la Vigilia Pascual, tocar la guitarra, cantar y tomar después una compita de vino con un pedacito de bolla.
¡Celebrar con los amigos! ¡Qué lejos está! En momentos como estos, la realidad te golpea con fuerza, de pronto, sin más, no puedes tocar, ni abrazar ni besar a las personas a las que quieres, quizás sea esto lo más duro, la falta de contacto humano.
Lo siento, no era el tema, pero no puedo dejar de pensar en nuestros mayores y en los no tan mayores a los que esto los ha cogido solos, en sus casas encerrados, sin poder ver a nadie, sin poder hablar con nadie, muriéndose de miedo pensando en los suyos, en los que están y en los que ya no. ¡Qué injusta es la vida a veces! Irse o tener que dejar irse, sin ver, sin tocar, sin hablar, sin abrazar, sin besar, sin acompañar, irse en soledad, en la más profunda soledad.
Ya llevamos bastante tiempo confinados en casa, así que hay que intentar no perder la calma, lo estamos haciendo muy bien, aunque soy incapaz de pensar qué va a pasar después, cómo vamos a salir de esta, cuántas personas han perdido ya su trabajo, cuántas lo perderán después, cómo podremos ayudarnos, cómo podremos soportar el dolor, el pasado por la pérdida y el del choque con la realidad.
Perdona, no iba a hablar de esto pero a veces no puedo evitarlo.
Recibe mi abrazo. #quedateencasa