24.Uno de los momentos más duros de la vida.

Mi querido amigo:

Uno de los momentos más duros de la vida es, sin duda, en el que te das cuenta de la vulnerabilidad de tus padres, el instante preciso en el que eres consciente de que su fortaleza ya no es tal, que su aguante no es ni la mitad de lo que era, que cualquiera puede hacerles daño, con una frase o con un gesto, que ya no son los únicos dueños de su vida, porque comienzan, de alguna manera, a depender de los demás.
Por desgracia el tiempo nos va haciendo vulnerables a todos a medida que transcurre, y no nos damos cuenta hasta que en un instante nos vemos reflejados en el espejo de la edad. ¡Qué crueldad! Por dentro somos los mismos, luchadores, emprendedores, trabajadores, pero las limitaciones nos las va poniendo a su antojo, un cuerpo que se vuelve desconocido.
Mi padre tuvo un amigo al que quiso siempre con locura, habían sido, creo, compañeros de colegio y de juventud, se puso muy triste cuando se enteró de que padecía Alzheimer, un día me llamó para que lo acercara hasta el hospital a verlo pues se estaba muriendo, me hizo entrar con él en la habitación, quizás para intentar ser fuerte, se le acercó, le acarició la mejilla y los ojos de su amigo se iluminaron, lo había reconocido, le agarró la mano y le sonrió pero pronto volvió a desaparecer. Nos despedimos de su mujer. Cuando salimos de la habitación lo miré, fue la primera vez que vi llorar a mi padre.
Recibe mi abrazo. #quedateencasa

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