Mi querido amigo:
Ojalá la suerte no abandone a nuestras familias.
Estoy sentada en mi terraza, mirando el trocito de mar y sé que soy privilegiada por muchas razones, la más importante: que toda mi familia y mis amigos estáis bien.
Mi intención desde un primer momento fue la de conseguir pasar a tu lado un ratito de paz, aunque no llego a muchas personas, sé que alguna de las que me leen o escuchan también lo han conseguido y eso es muy importante para mí.
Quiero pedirte calma y tranquilidad, que son imprescindibles para salir adelante en momentos de crisis, pero son la única manera de superarlas.
Mañana empieza en algunas comunidades una nueva etapa, la de comenzar con una nueva normalidad. Se podrá estar con otras personas, volver a algunos trabajos, será diferente y tendremos miedo. No podemos olvidar que debemos seguir con las normas de lavarnos bien las manos, usar mascarilla, y la más dura de todas: el distanciamiento social, el que más nos ha costado y el que más nos costará, pero el más importante.
Por favor, cuídate y cuida a los tuyos.
Recibe mi abrazo y piensa que pronto podrás recibirlo de verdad.