Mi querido amigo:
¡Acompáñame! Ven conmigo a mirar el mar. Siente conmigo su calma, su tranquilidad, siéntela en el alma.
Escucha, déjate mecer, siente, ¡vamos!, ¡siente! Nos merecemos estos minutos de paz, escúchalo, déjalo que te atrape su vaivén, mécete con él. No digas nada, disfruta este momento, experimenta la compañía del mar, mi compañía. Sigue en silencio, descansa, empápate de tranquilidad, consigue dominar la negatividad, a veces es duro el camino y necesitamos parar. Vamos, acércate conmigo a mirar el mar.
Recibe mi abrazo. Cuídate