Mi querido amigo:
Hoy me he acercado a la Art Gallery, han limitado las plazas, pero se puede entrar si te registras, usas mascarilla y te limpias las manos con el gel que han colocado en la entrada.
Caminé disfrutando de las obras de arte hasta llegar a una pequeña sala rectangular en la que había, colgados, cuadros clásicos de vírgenes y otras escenas, me senté en medio de la sala en un banco puesto para tal fin a contemplar la pantalla dónde se proyectaba una película sin voz en la que podía ver a varias personas mirándome como si me hubiese pasado algo horrible, tristes y asustadas. Me llamó la atención el hecho de que estuviesen muy juntos, demasiado, sin mascarilla y a medida que se iban acercando a la pantalla para mirarme, se acariciaban como forma de consuelo, tocando una mano, un hombro, la espalda o la cabeza del que tenían más cerca. Y he pensado en que esta será, posiblemente, la nueva normalidad, yo con mascarilla mirando a personas sin ella como si viniesen de un pasado muy lejano y ellos mirándome a mí, su futuro, viendo sólo una parte de mi cara y sintiendo mi soledad en una sala enormemente vacía de un museo de arte.
Recibe mi abrazo. Cuídate.