2.La vida nos lleva y nos trae.(Puedes escucharlo en Anchor, Spotify, Googlepodcasts. Busca Arropando estrellas)

(Para conciliar el sueño es necesario tener unos minutos de calma, en Arropando estrellas los encontrarás en forma de recuerdos y sueños de la mano de Bosquina Monzón)

La vida nos lleva y nos trae, nos alejamos de los sitios que amamos y, como las olas del mar, también nosotros regresamos, vamos acariciando personas, ciudades, paisajes y también nos dejamos acariciar, acumulamos experiencias y eso va forjando nuestra manera de ser y de comportarnos. Todo lo vivido y lo compartido, permanecerá en nosotros y en las personas que nos han acompañado.
¿Eres incapaz de conciliar el sueño? Ponte cómodo, e intenta relajarte. Respira profundamente y sumérgete conmigo en el mundo mágico de los recuerdos. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzòn.

Muchas cosas son las que pueden abrir en nuestra memoria la tapa del baúl de nuestros recuerdos. Una canción, una película, un libro, una frase, un aroma, una fotografía, un lugar, una fecha. Nuestra mente está llena de lugares, de situaciones antiguas, de personas que a veces nos gusta recordar.
Cuando era pequeña, muchas cosas de las que hacían o decían mis mayores me resultaban difíciles de comprender, quizás en algún momento pregunté, pero al no recibir respuesta, pronto dejé de preguntar. Era de esas personas a las que les hubiera encantado que todo tuviera respuesta, pues entendía que todo, absolutamente todo, tenía un principio y un final, que había buenos muy buenos pero también malos muy malos, que los que hacían las cosas bien, según la ley y lo razonable siempre ganaban, que siempre funcionaba, más o menos, lo que ahora llamaríamos el karma. ¿En qué momento dejé de tener “pajaritos” en mi cabeza? No podría decirlo, quizás aún los tenga. Durante mucho tiempo pensé que había nacido en una época equivocada, pero tampoco sabría encuadrarme en otra, podría haber vivido en el interior de una novela, pues en el interior de mi cabeza siempre ocurrían miles de aventuras de las que me gustaba ser protagonista.
Una de las cosas que a mí me ayudaban a recordar era la edad de mis hijos, a medida que iban creciendo yo recordaba más la época en la que yo había tenido esa edad y me iba dando cuenta de lo relativo que es el tiempo, que hay etapas que siempre se recuerdan con más intensidad y casi siempre coinciden con las etapas en las que hacemos nuevos descubrimientos o en las que pasamos por fuertes sentimientos, como la amistad, como el amor, o como la pérdida… Y con esto me iba dando cuenta de lo cíclica que es la vida, de lo cíclicos que son los años y de la importancia de tener costumbres, esas que nos van marcando épocas, momentos y memoria.
Los recuerdos son muy personales, el mismo suceso para varias personas no será recordado de igual manera, no sé cuál es el mecanismo de los recuerdos, pero realmente cada persona es un punto de vista diferente. Cuando he cambiado de país o he ido con mi familia a alguna nueva ciudad, o a un nuevo pueblo, me he preguntado qué sentirían mis hijos, si estarían viviendo el momento de la misma manera, con la misma intensidad con la que lo vivía yo, la emoción, creo, también se transmite.

Me gusta recordar, porque es una manera de no perder lo que fui, de acercarme a lo que una vez sentí, porque es un poco volver a vivir, volver a pasar por los buenos momentos compartidos. A lo largo de mi vida he tenido, y aún tengo, la suerte de rodearme de personas buenas con un alma blanca que me han cuidado y me cuidan como si fuesen ángeles de alas enormes con las que me protegen allá donde yo esté.
Un amigo no es un tesoro, es mucho más que eso, un amigo es tu sombra de colores que te acompaña en silencio, que te escucha en la distancia y sientes cómo susurra tu nombre para aliviarte cuando el dolor acecha.
He tenido la suerte, y aún la tengo, de querer con locura a mis amigos de acompañarlos en la distancia, en silencio y susurrar su nombre para aliviarlos del dolor. Estoy aquí, sigo aquí aunque esté lejos.
La semana que viene volveré a acompañarte, a robarte un poco de tu tiempo. Ahora sigue relajado y descansa.

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