7. El mar me une a la vida.(Puedes escucharlo en Anchor, Spotify, Googlepodcasts. Busca Arropando estrellas)

Séptimo episodio. El mar me une a la vida. (11 Marzo, 2021)

(El mar me acerca a mi niñez y juventud, me relaja y me hace sentir que siempre estoy acompañada. En Arropando estrellas hoy nos acercaremos a él para sentir su caricia, una vez más, en forma de recuerdo).*

El mar me une a la vida, me trae recuerdos de todas sus etapas. Desde bien pequeña mi vida ha estado, y sigue estando ligada a él. Siempre he vivido cerca del mar y siempre que puedo me acerco a la costa. Disfrutarlo es otra manera de recordar, de acercarme a mi familia, a mis amigos, de sentir, de alguna manera, a los que ya no están.
Colócate en una postura que te resulte cómoda. Respira profundamente, intentando retener el aire durante un par de segundos en tu interior y a continuación deja que salga lentamente. Busca en tu respiración la calma. Permíteme, como siempre, que te atrape con mi voz. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzón.

Me acerco al mar buscando, a veces, encontrarme con mis recuerdos porque sé que siempre hay algo que me acerca a mi niñez, a mis años de juventud. Posiblemente también tú tengas un lugar que tranquilice tu espíritu que te devuelva a esas horas mágicas en las que la vida no tenía prisas, intenta visualizarlo y volver a disfrutarlo, aunque sólo sea durante unos pequeños instantes, permítete disfrutar de la magia de recordar.

Mientras paseo por la playa veo a unos niños gritando y riendo, intentando hacer una pequeña presa con la arena para frenar la subida del mar. Tarea imposible pero divertida que me llevó a mi niñez y a nuestros intentos igualmente fallidos de parar la subida de la marea creando muros de arena. Recuerdo ir a la playa de niña con mis padres, mis hermanos y nuestro perro, en nuestro pequeño coche, sin sillas especiales, sin cinturones de seguridad, amontonados en la parte trasera, sin protestar. Íbamos encantados de la vida, mi madre se encargaba de la comida, nosotros de transportarla hasta el coche y después hasta la playa.
El día podía ser de lo más divertido, escarbando en la arena buscando agua o haciendo fosos profundos y largos, intentando comunicarlos unos con otros. Muchas de las cosas que hacía en mi niñez he vuelto a repetirlas con mis hijos, y los he visto disfrutar de la misma manera en que yo lo hacía.
Otras veces veo pandillas de niños comenzando su adolescencia y regreso, con ellos al cariño y al amor de mis primeros amigos, de las personas que conformaron mi mundo, que me ayudaron a disfrutar de ese universo mágico, de ese pilar de juegos, risas y canciones que me han acompañado siempre. Días de diversión en la arena, de baños interminables, de lanzarse al agua clara desde la muralla. Tardes de carreras, de música y charla, o de meriendas en una casa con jardín. Noches de cálidas y profundas preguntas sin respuesta, de mirar la luna y las estrellas o de saltar hogueras frente al mar.
Tiempo de descubrir que el mundo no era perfecto, pero te regalaba la compañía de personas a las que querer y que te querían a pesar de todo y la oportunidad de regresar a esos recuerdos. El mar era todo eso, es todo eso, una caricia interminable de años que marcaron una vida de la misma manera que las olas marcaban y marcan su vaivén en la arena.
Relájate visualizando el lugar que sabes que te tranquiliza. O, si prefieres, acompáñame a mirar de cerca el mar. Camina conmigo despacio sobre la arena, escucha el mecer de las olas, deja que fluya la respiración tranquilamente, sin forzar nada y siente como, a medida que caminas los músculos de tu cuerpo se van aflojando.
La semana que viene estaré de nuevo Arropando estrellas. Te espero. Ahora, sigue relajado y descansa.

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