19.Mi amiga Elena.(Puedes escucharlo en Anchor, Spotify, Googlepodcasts. Busca Arropando estrellas)

(Despedirse de las personas a las que queremos siempre es difícil. ¿Pueden comunicarse las almas de las personas que se quieren?, ¿puede transmitirse el dolor sin estar presentes? Acompáñame en Arropando estrellas, compartir el dolor nos ayuda a comprender la vida.)

Es muy difícil despedirse de las personas a las que has conocido y con las que has tenido feeling, química o por las que has sentido un cariño especial en un momento de tu vida. Es extremadamente difícil despedirse de un amigo y sobre todo no haber podido darle ese abrazo tranquilizador que es el de la amistad.
Quiso irse y se fue entre nubes blancas y alas de ángeles que estoy segura la acompañaron en su trayecto. Lo sentí, o lo presentí, porque quizás las almas que se quieren y están unidas, se avisan sin importar los miles de kilómetros de distancia que las separan. Se fue en silencio, hace un año ya y yo amanecí con la noticia.
Cierra los ojos e intenta relajarte o por lo menos permanecer tranquilo. Permíteme atraparte con mi voz. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzón, hoy un poco diferente, porque a veces el cuerpo, o la mente, nos pide que hagamos cosas diferentes.
¿Qué puedo contarte de un amigo? Esa persona que sientes como si fuera una prolongación de tu ser, que aunque seáis distintos, hay algo inexplicable que os une, que os hace reír o llorar juntos, que os ayuda a comprender lo incomprensible, a amar los defectos y a mover montañas si fuera necesario. He tenido la suerte, y aún la tengo, siempre lo digo, de tener a lo largo de mi vida esos tesoros que son los buenos amigos.

Me gustaba su voz, sus facciones clásicas que me recordaban a Catherine Hepburn. Me gustaba su manera de hablar, su forma de contar, su modo de actuar, porque a veces pensaba que actuaba, para poder esconder su gran corazón y su alma, a esa gran parte del mundo que nunca comprende nada y lo juzga todo y arruina mentes brillantes y corazones cálidos, pensaba que actuaba como manera de enfrentarse a este mundo que para ella había sido tan cruel de la misma forma en la que lo hubiera hecho una gran actriz de Hollywood. Me gustaba, pero nunca se lo dije.
Me gustaba porque era una de esas pocas personas a las que les puedes abrir el corazón de lado a lado. Me gustaba y yo le gustaba a ella, que confiaba en mí, y a mí siempre me quedará la duda de si pude haber hecho algo más, que seguro que sí, siempre se puede hacer algo más. Pero hay cosas que no se pueden evitar.
No sé si las almas de las personas que se quieren pueden comunicarse, sólo sé que llevaba varios días mirando al abismo sin entender muy bien por qué, sintiendo un extraño ahogo y una angustia que me cerraban la boca del estómago, pensando que quizás la situación mundial me estuviese afectando más de lo que creía, pero esa noche, curiosamente, logré dormir y al despertar, su terrible pérdida aparecía en la pantalla de mi móvil. Creo que el dolor profundo puede transmitirse a través de las almas, aunque no sepamos aún interpretarlo o comprenderlo, y yo, estoy segura, sentí su dolor. Las almas quizás puedan abrazarse, y su alma, esa noche vino a abrazar a la mía y a tranquilizarla: ya pasó todo.
Compartir el dolor también une y es una manera de acercarse a los otros y comprender la vida. Intenta relajarte pensando en la unión de las almas, ¿podrá darse?, ¿has sentido alguna vez algo inexplicable que pronto comprendiste? Déjate conquistar por tus pensamientos, deja que fluya lo que sientes. La semana que viene estaré de nuevo Arropando estrellas. Te espero. Ahora, descansa.

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