(Hoy me he despistado y no he preparado nada, no sé si tengo algo importante que contarte. Intento relajarte escuchando mi voz, te animo a escuchar música, a practicar yoga o tai chi. Sigue conmigo en Arropando estrellas y descansa durante unos minutos).
25 semanas caminando juntos. El tiempo pasa volando y estoy tan despistada por todo esto que sigue pasando, que me olvidé que hoy era jueves, es la primera vez en mucho tiempo que no tengo nada preparado. A veces pienso que te pierdo, que pierdo tu atención, que no hay nada interesante que pueda contarte, pero decido seguir igual, aún sin saber si sigues ahí.
Semana a semana he intentado relajarte y al tiempo relajarme yo también, cuando uno escribe, se encuentra de frente con su vida, con sus sensaciones, con todos sus recuerdos, que aunque se desdibujen a veces por el paso de los años, los más importantes siguen ahí.
Siéntate en tu lugar favorito, cierra los ojos, respira con calma, intenta ser consciente de lo que sientes, deja que tu mente me acompañe y permíteme de nuevo, atraparte con mi voz. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzón.
Relajarse, descansar, es una de las cosas que nos ayudan a seguir adelante cada día. Música, sonidos cadenciosos, lecturas tranquilas, el sonido del mar y como digo siempre, el sonido de la lluvia, respiración pausada, mente relajada.
Alguna vez he sentido inquietudes que no me permitían relajar el espíritu, taladraban mi mente una y otra vez resonando en mi cabeza, convirtiendo todo en ruido, hasta que , gracias al yoga, aprendí a relajarme. Cada uno debe intentar buscar algo que le sirva para sentirse bien, algo que le ayude a relajar la mente y el cuerpo. En un momento en el que no pude asistir a mis clases de yoga por culpa de los horarios, encontré una clase de tai chi que me pareció muy interesante. Lo practicábamos de pie, cada postura fluía hacia la siguiente en movimientos suaves, la respiración suave también. Cambiábamos el peso del cuerpo de un lado a otro mientras nos sentíamos fluir como agua, éramos agua, dibujando pequeños círculos con nuestros cuerpos moviéndonos al ritmo del agua, a su paso, al describir con el cuerpo esos círculos se iba relajando y lo ibas sintiendo en cada giro.
Si quieres puedes probarlo. De pie, con las piernas entreabiertas a la altura de los hombros, las rodillas un poco dobladas y el cuerpo derecho como si estuvieras sentado en un taburete alto, el peso del cuerpo descansando en un pie, balancea tu cuerpo hacia ese pie, cambia el peso del cuerpo al otro pie mientras describes un círculo con tus brazos al rededor de tu cintura, vuelve a cambiar el peso de tu cuerpo al otro pie y sigue describiendo círculos con el cuerpo y con los brazos, como si tuvieras que atravesar un lago y tuvieses que ir apartando con tus manos las algas que flotan, todos los movimientos muy suaves. Es difícil de contar pero si tienes ocasión te recomiendo que veas algún vídeo o te apuntes a alguna clase de principiantes. Siempre es interesante aprender algo nuevo y sobre todo, aprender una nueva forma de tranquilizar nuestro espíritu.
Hace días que no salgo a pasear, en Sydney no se puede, han aparecido casos de la variante Delta y aunque puedes salir a hacer ejercicio, lo he estado evitando para poder ponerme la segunda dosis de mi vacuna la semana que viene, sin ningún problema. Así que he optado por sentarme plácidamente y escuchar el mar en una grabación, respirar de forma relajada y te puedo asegurar que a veces casi he podido olerlo y tocarlo con mis manos, el poder de la concentración es absoluto. Puedes intentarlo también tú, ¿te animas?
Me escuches desde la parte del mundo que me escuches, quiero pedirte algo, que te cuides y cuides de los tuyos, abrázalos si puedes, y si no puedes, habla con ellos por teléfono. Cuídate, aunque parezca que todo está bien, aún necesitamos ser prudentes.
Te espero la semana que viene, de nuevo, en Arropando estrellas. Descansa.