29.Frágil la memoria.(Puedes escucharlo en Anchor, Spotify, Googlepodcasts. Busca Arropando estrellas)

Mi memoria está habitada por todas las vivencias que he tenido, pero a veces, intentando recordar, miles de detalles se me escapan, son fugaces y no tengo a nadie a quién preguntar, porque la memoria es personal y cada uno atesora las vivencias a su manera.
Voy abriendo pequeñas puertas y cada habitación que creía repleta, fácilmente me la encuentro vacía o casi. Lo que sentía que tenía se ha difuminado, ha perdido su color.
Lo que creo es que en mi memoria quedó un poso de recuerdos que guardaba con cariño, o más bien, que atesoraba con cariño. Una nube espesa de buenos recuerdos por las que a veces me gusta pasear.

Siéntate en tu lugar favorito, ponte cómodo, intenta relajarte mientras respiras profundamente, siente como el aire pasa hacia tus pulmones proporcionándote calma. Permíteme atraparte con mi voz. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzón. 

A lo largo de la vida vamos olvidando cosas, bien porque nos hicieron daño, bien porque no merecen la pena, bien porque se escapan sin más.
Alguna vez veo mi memoria como si fuera un queso gruyere, llena de agujeros, de espacios libres que se han ido borrando. Intento acercarme a un recuerdo y cuando comienzo a acariciarlo con mis dedos, ya no está, ha conseguido difuminarse de tal manera que sé que nunca va a regresar. He atesorado grandes recuerdos, he sentido, al compartirlos, cómo se iban perdiendo, cómo su huella se iba desvaneciendo, pero las sensaciones que causaron en mí, esas, son imborrables, los sentimientos permanecen en el tiempo.

Hay etapas en la vida, que no parece que las haya vivido, como cuando los niños eran pequeños, quizás por el cansancio o por el agotamiento del momento, se diluyeron en mi memoria, recuerdo lo que sentía, todo lo que los quería, pero no soy capaz de rememorar muchas situaciones que pensé que jamás olvidaría. A veces, ojeando algunas fotografías pienso ¿dónde estaba yo? Sé que era la que estaba detrás de la cámara, pero ha pasado todo tan deprisa, tan rápido, que en un suspiro hemos dejado de estar ahí, en medio y girando al rededor de los demás, protegiendo o intentando proteger mientras la vida pasaba sin darnos cuenta de que lo hacía.
Ahora, de vez en cuando pienso, que lo que no he conseguido ya nunca podré conseguirlo, suena derrotista pero los que vienen detrás pisan fuerte, supongo que como nosotros antes.
Quizás este sentimiento sólo sea el agotamiento de esto que nos está pasando y que ya dura demasiado. En mi memoria, no sé si te ocurre lo mismo a ti, el año 2020 y parte de este, es como si no existieran, como si nunca hubieran existido, cuando pienso en hace seis meses me doy cuenta que estoy pensando en hace un año y medio. Qué fácil ha sido perder la noción del tiempo, de las estaciones, de los años.
Quiero ser optimista, esto pasará, claro que pasará, como todo en la vida, sólo hay que tener paciencia, y ese siempre es el que gana, el que tiene paciencia.

Gracias por estar ahí, por caminar a mi lado Arropando estrellas. Espero encontrarte de nuevo la semana que viene. Ahora, descansa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.