30. Me gusta la soledad.(Puedes escucharlo en Anchor, Spotify, Googlepodcasts. Busca Arropando estrellas)

Me gusta la soledad. Salir a caminar por jardines, playas y parques con la cámara en la mano, o con el móvil, descubrir colores y sonidos, acariciar árboles, oler flores, leer tumbada en la hierba o en la arena, andar descalza por la orilla del mar, pero aunque sea capaz de estar sola mucho tiempo y disfrutar de ello, también sé que necesito a los demás, abrazar y acariciar a las personas a las que quiero, charlar con los amigos frente a un café o frente a una cerveza, visitar a la familia, es el pan de cada día, lo que me hace sentir viva, el aire que me da la vida.

Siéntate en ese lugar que has elegido para regalarme unos minutos de tu tiempo, ponte cómodo, respira profundamente y siente cómo ese aire te va proporcionando calma. Permíteme atraparte con mi voz. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzón.

De repente todo se ha detenido, nuestra vida se ha parado a la fuerza, el mundo entero se ha paralizado y nos ha obligado a mirarnos, a encontrar dentro de nosotros las fuerzas para seguir, a descubrir nuestra capacidad de amarnos y de amar. Descubrimos la necesidad de permanecer cerca de las personas a las que queremos, la urgencia de los abrazos, del cariño, de las palabras de consuelo. De pronto hemos sido conscientes de lo que verdaderamente importa. Llevamos casi un año y medio con restricciones más o menos duras, dependiendo del país en el que te haya tocado estar, dependiendo del momento. Nos han prohibido movernos con lo que puede significar eso para muchos, parejas y familias separadas, personas solas. Pero no puedo dejar de pensar lo que todo esto significa para las personas que tenían su pequeño negocio, para todos los que se dedican al arte, a la música, al teatro. Los grandes, los famosos, quizás hayan superado fácilmente el problema, pero todos los que ponen un sombrero a sus pies para conseguir su sustento, no creo que lo hayan tenido fácil. Te hablaba un día del saxofonista de Circular Quay, que de nuevo ha desaparecido, pero también recuerdo a la mujer que cantaba ópera en Martin Place, al señor que se pasaba el día leyendo un libro al lado de un semáforo, a los que cantaban o tocaban delante del supermercado, quizás todos tengan ayudas del estado, pero sigo viendo colchones por la calle.
Cada vez que alguien protesta por usar mascarilla o la lleva mal colocada, cada vez que alguien se salta la distancia entre personas o las normas, me siento defraudada, no sólo por mí, sino también por todos los que han perdido su medio de vida y siguen luchando, por todos los jóvenes que se esfuerzan desde sus casas, por todas las madres que se vuelven locas haciendo mil trabajos a la vez. ¿Es tan difícil ponerse en el lugar del otro? Todos estamos sufriendo de mil maneras diferentes, pero hay que seguir adelante.

No hay que desfallecer, nunca. Hay que quitar las ganas de donde se pueda, y si no se puede, hay que inventarlas, tenemos que luchar contra la tristeza, contra la desesperación, tener paciencia, esperar.
Tengo varios grupos de wasap, tú también, estoy segura, en unos se cuentan chistes, en otros se comparten textos, otros sirven para desahogarse, pedir consejos o compartir ratos de baile a través de videollamada que ayudan a no sentirse tan solos, todo gracias al esfuerzo de algunas personas a las que les gusta ayudar a otros a pasar momentos duros como este.
Hay muchas formas de abrazar, las palabras abrazan, los besos en la distancia, las llamadas de teléfono, los mensajes, los bailes de las videollamadas, los amigos de las redes sociales.
Falta un poco menos cada día. Piensa que ese abrazo que estás deseando dar llegará y te hará llorar de alegría.
Intenta sumar, no restar. Aporta tu granito de arena para formar una playa imaginaria en la que todos podamos sentarnos a mirar el mar.

Gracias por escucharme, por animarme, por estar en mi vida de una manera o de otra. La semana que viene, seguiremos, si quieres, Arropando estrellas. Te espero, pero ahora, descansa.

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