48. Los abrazos que no di.(Puedes escucharlo en Anchor, Spotify, Googlepodcasts. Busca Arropando estrellas)

Hemos llegado a tiempo para poder despertarnos escuchando la melodía de las voces de los niños de San Ildefonso. Hemos podido regresar a casa para compartir las fiestas con nuestra familia. Hay que seguir siendo prudentes, lo sé, esto no ha terminado todavía.

Acomódate en ese lugar tranquilo que has elegido para escucharme. Intenta relajarte sin prisas. Respira profundamente intentando ser consciente de todo tu cuerpo, de cómo tus músculos se van destensando. Permíteme atraparte con mi voz. Seas bienvenido a Arropando estrellas, un podcast de Bosquina Monzón.

La Navidad nos acerca a los demás, nos hace tener los sentimientos a flor de piel, es una época mágica sobre todo para las familias en dónde hay niños pequeños. Al margen de su significado religioso tiene, para muchos, un significado humanitario profundo, amable y entrañable. La alegría que se respira en esta época del año es necesaria para cargar nuestras pilas para el resto del año.

Estos días debemos seguir teniendo cuidado, intentando ser prudentes y utilizando nuestro sentido común.
En mi casa suenan villancicos que nos hacen respirar fantasía e ilusión. Hemos colocado el Árbol adornado con bolas y luces de colores y a su lado, el Nacimiento, son costumbres que nos unen a las generaciones y que nos hacen recordar, de alguna manera nos trasladan un poco a nuestra niñez, a esos años mágicos en los que todo era posible.

He regresado y he podido dar esos abrazos que tanto necesitaba. Los abrazos que no di durante tanto tiempo se vieron recompensados por todos los abrazos que he podido dar, que me han acogido con tanto cariño y me han hecho sentir que estaba de nuevo en casa.
Me encantaría poder transmitir lo que uno siente en un abrazo, pero no hay nada mejor, para entenderlo, que darlo y sentirlo uno mismo.
Gracias a todos los que me queréis, a todos los que habéis estado y aùn estáis al otro lado, escuchando, y gracias a los que me animáis de una u otra manera.
Soy afortunada, porque tengo esa red mágica llamada familia, que aunque a veces me pueda parecer que mis saltos son al vacío, siempre están ahí, tensándose para sujetarme si fuera necesario. 
Feliz Navidad para ti que me acompañas en estos minutos de tranquilidad, que siga acompañándote la paz.
Si puedo, aquí estaré la semana que viene, Arropando estrellas, ahora intenta relajarte, disfruta estos días en compañía de tu familia y regala abrazos, muchos abrazos, pero sigue siendo prudente. Descansa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.