46.Había conseguido, por fin, que mi madre regresara a su casa.

Había conseguido, por fin, que mi madre regresara a su casa, no sin antes aceptar que pudiese llamarme todos los días y prometer que si la necesitaba le pediría que volviera. No sé qué habría hecho sin ella, pero ya urgía tomar las riendas de mi vida. Después de tanto tiempo viviendo de nuevo acompañada, necesitaba la tranquilidad de mi soledad y de mi silencio. Necesitaba volver a mis cosas de siempre, a mi música, a mis lecturas, a mis paseos por la playa. Había abierto todas las ventanas de la casa esperando que el aire renovado que entraba animase mi alma. Hacía frío, me estaba quedando helada. Encendí la radio y me preparé un café. Me senté delante del periódico y comenzó a sonar «Cuando me siento bien» de Efecto Pasillo, un grupo canario que  me había alegrado la mañana más de una vez. Me levanté y me puse a bailar. La alegría por fin se dejaba sentir en mi vida, estaba contenta, animada.

Antes de que terminase la canción sonó el teléfono, sentí como uno a uno se iban tensando mis músculos. Descolgué con miedo.

-¿Si?

-Hola Talara. -La voz de Sergio sonó del otro lado. -Tengo ganas de verte. ¿Nos encontramos en la playa en 45 minutos? ¿Te dará tiempo? Te espero entre las dunas. Haz como siempre hacías. Te saldré al paso.

Apenas tuve tiempo de contestar con un ok, ya había colgado. Mi corazón se puso a latir con fuerza. Tenía que relajarme o me iba a dar algo. ¡Cómo quería a ese chico! Sentía con tanta fuerza ese amor que me dolía, era como regresar a la adolescencia: el pulso acelerado, mariposas en el estómago, todo el cuerpo temblando, la mente dispersa.

Daba vueltas por la casa con la intención de hacer algo que se me olvidaba: «tengo que cambiarme de ropa, ¿estos pantalones?… no, mejor esta falda, ¿qué zapatos me pondré…? los bajitos, son más cómodos; ¿me pintaré los ojos?, no, sólo rímel;  los labios…, ¿dónde habré dejado esa barra que tanto me favorece? el móvil, ¿qué hice con él? no se está cargando…, no está en la cocina…,  ¡en mi bolso! no, no está…, siiiii, ¡aquí! ¿Cuánto tiempo me queda? no puedo demorarme mucho o no llegaré a la hora. ¿Tengo todo…? Llaves…, teléfono…, todo en orden.»

Me disponía a salir y de nuevo sonó el teléfono. Pensé no cogerlo, pero ¿si de nuevo era Sergio? Regresé para contestar:

– Jo, ya estaba saliendo. -Nadie contestó al otro lado. -¿Si? -De nuevo sin respuesta. -¿Si? -Nadie respondió, colgué.

2 comentarios sobre “46.Había conseguido, por fin, que mi madre regresara a su casa.

  1. I am really impressed with your writing skills as well as with the layout on your weblog. Is this a paid theme or did you modify it yourself? Anyway keep up the excellent quality writing, its rare to see a great blog like this one nowadays ddafdefgekkc

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.